martes, 25 de septiembre de 2012

Error 404 Democracia Not Found

Democracia. Democracia es una de esas palabras griegas tan sonoras que nos encanta utilizar. Solo con pronunciarla senos llena la boca, nos sentimos poderosos, como si hubiéramos invocado a un ente superior que legitima el resto del discurso que acompaña a la palabra. Y no ocurre solo en este nuestro país. El Mundo entero vive adorando la palabra "Democracia", grabada en letras de oro en todo cuanto hacen los gobiernos. "Grecia es la cuna de la Democracia", "Esta guerra tiene como fin llevar la Democracia a tal o cual país", etc.

Pero lo cierto es que probablemente se "Democracia" la palabra que más ha perdido su significado desde que empezó a rondar por la cabeza de algún que otro griego. Sin ir más lejos, el demos kratos de la Atenas del siglo V ya empezaba a tener sus fallos cuando necesitaban de un hombre más listo queles sacara de los atolladeros hasta que luego el engatusar al pueblo en la Asamblea se convirtió en arte y la demagogia llegó para quedarse.

Pero la triste realidad es que la  Democracia no deja de ser la forma en que los no privilegiados accedieron al poder, apoyados por la gran masa ciudadana que creía (ilusa como fue la masa siempre) que supondría el reparto de poder para todos. Pues bien, parece que ese reparto del poder entre todo el pueblo no se ha dejado ver todavía. Pero todos los gobiernos, del color que sean, llevan siempre la Democracia por bandera. Da igual que seas un dictador, un gobierno comunista de partido único, un presidente de un sistema bipartidista o el rey de un país, todos han jurado ser demócratas y defender los intereses del pueblo.

Pero aunque la Democracia haya caído en vergüenza en todos aquellos países en los que han volado los tiros en todas direcciones por preservarla el caso que a día de hoy me preocupa es el de esta España nuestra. Como en casi todos los países la palabra Democracia llena las bocas de nuestros estimados políticos y demás opinadores de profesión hasta el punto en que el propio palabro me causa arcadas pronunciado por esta caterva de hipócritas de medio pelo, llegados a donde están por la pasividad que, durante nada menos que treinta y siete años, ha mantenido una sociedad arrullada por el sonido de esa fantástica Democracia.

Estas últimas semanas se oyen en los medios toda clase de tonterías, fruto, por una parte de este acostumbrado adormecimiento de la masa popular. Pero el principal foco de todas estas tonterías lo encontró Su Majestad en su carta de la semana pasada: El Espíritu de la Transición. Las cosas se han puesto ya tan feas y el desprestigio de todas las instituciones es tan grande que el Rey debe apelar al año 75 para recordarnos, una vez más, que ellos, y no otros, fueron quienes nos sacaron de las terribles garras del franquismo. "Calla niño, no te metas con la Constitución, que si no fuera por ella estaríamos en una dictadura", "No sabes lo que dices, si no fuera por el rey el ejército se habría sublevado". En definitiva, calla que podíamos estar peor. Es decir, cómase usted el pastel como se lo preparamos o si no no come. 

Pues yo digo que no. Que no me da la gana de comerme ese pastel horneado por unos pocos que decidieron, al margen de toda la sociedad, dar a España este nuestro sistema "democrático". Y me dirá alguno "pero la gente votó en masa la Constitución" y es cierto, como la volveríamos a votar todos hoy si saliéramos de cuarenta años de dictadura. Pero el fallo no está en la Transición, está en que llevamos treinta y siete años transicionando, nos hemos quedado con el primer sistema que nos ofrecían y el fervor democrático de la Transición se ha convertido en apatía, abulia, apolitismo y demás palabras que empiezan por A. Es decir, que la comodidad de la democracia, la rutinización de las elecciones y el establecimiento de que la política es corrupta porque así tiene que ser han logrado un resultado aún mejor que el obtenido por Franco. La despolitización de la sociedad es total, el sentimiento ideológico que pervive en España, fuerte, regio e inmutable es el de la derecha. La izquierda se cansó de luchar, de buscar un hueco en esa nueva España democrática y finalmente estalló en pequeñas formas de lucha a nivel local.

Esas personas que salen en los medios constantemente recordando el pasado pretenden que sigamos confiando en ellos para seguir haciendo política de grandes personajes y de libro de texto. Que importante fue el Rey o que importante tal presidente. No nos equivoquemos, el importante es el pueblo, no los ricos, los poderosos, los trepas, los que se han adaptado perfectamente a este sistema idílico creado por la Transición. Esos son parásitos del pueblo y de la Democracia. Y parece que va siendo hora de desparasitar este país.

Por eso y tras esta reflexión, una vez más creo que es importante demostrar que existen nuevas generaciones, que no son otra cosa que el futuro de este país y que ya no nos asusta el Espíritu de las Navidades Pasadas, que queremos una Democracia real, unos políticos al servicio del pueblo una educación digna que nos permita salir de este pozo de ignorancia que es España. En definitiva, queremos una Democracia limpia, sin el estigma de las luchas de poder, del capital, de los fanatismos, de la represión y la opresión. 

Hoy 25-S, todos deberíamos alzar nuestra voz exigiendo participar y decidir acerca de como se gobiernan nuestras vidas. Esto es espíritu democrático, que no se equivoque nadie. La Democracia la hace cada persona de este país, no un partido, un color, un Rey o un Parlamento. Y hay miedo, miedo al pueblo, miedo a las voces de una población crítica con lo que está ocurriendo, cansados de este impasse. Yo esta tarde pienso darme una vuelta por el Congreso.



Y de propina dejo este vídeo que a mi parecer recoge toda la idiotez, ignorancia y demagogia que hay en torno a todo esto:





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