jueves, 17 de marzo de 2011

San Patricio

"Una pesada puerta de madera se abre lentamente al tiempo que un torrente de sensaciones inundan todos los sentidos. La nariz se ve embriagada por el fuerte aroma a cerveza negra ya  whiskey amargo mientras que los oídos se sumen en un delirio onírico y en la mas profunda abstracción ante el sonido de los violines y las flautas. Cada centímetro de la piel es partícipe del calor que aporta la compañía humana en su estado más simple, puro y alegre.
Pronto uno se ve sentado en una mesa de madera con una pinta de la tradicional Guiness en la mano compartiendo risas y emociones con decenas de personas, amigos viejos y amigos recién ganados. La noche avanza y el calor de la cerveza comienza a ruborizar la mejillas. Ahora ya no solo suenan los instrumentos sino cientos de voces a coro entonando melodías que surgen del alma.
A cada uno de los que se encuentran en el pub les inunda el mismo espíritu, ese que hace que se pongan los pelos de punta al oír melodías célticas o cuando se canta junto a los amigos. Es el espíritu de San Patricio. Es el espíritu de la verde Irlanda."


No hay día 17 de Marzo en el que no me inunde una profunda nostalgia al recordar la Isla Esmeralda y los momentos maravillosos que allí viví años atrás. Las gentes con las que compartí un fragmento de mi vida y los cientos de cosas que ese maravilloso país me enseñó.
No hay forma de convivir con Irlanda un tiempo sin echar raíces allí, sentirte uno con ella y notar que formas parte de algo inmensamente antiguo e incomprensiblemente mágico. Los ecos del pasado parecen susurrarte al oído las miles de historias que las verdes praderas han aprendido con el paso de los tiempos.
A orillas de los majestuosos acantilados puedes sentir como el viento atraviesa tu cuerpo como si fueras transparente y si fijas la vista en el horizonte quizás puedas intuir a los antiguos guerreros que con sus costumbres y tradiciones han forjado el carácter de una nación.
Caminar por las calles de Belfast, navegando entre los murales de sus edificios, es como revivir los gritos de un pueblo que solo pedía una cosa: "Dejadnos ser nosotros mismos".

Eso es lo que Irlanda representa, la unión entre lo antiguo y lo nuevo, entre lo mágico y lo real, entre el espíritu de un pueblo y la libertad del alma.

Con esto me despido deseando a todos un feliz día (o más bien noche) de San Patricio y que el espíritu céltico arraigue en cada uno de vuestros corazones.

1 comentario:

  1. Que alegría volver a leerte como antaño :)
    ¡Feliz San Patricio, Celtar!

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